La crisis energética que vivió Ecuador durante la administración de Daniel Noboa significó un duro golpe para miles de familias. En su momento, el constante racionamiento y los prolongados apagones afectaron la economía de pequeños comerciantes y emprendedores, así como la seguridad en los barrios cuando la oscuridad caía al final de cada jornada.
Pese a las promesas de campaña, los resultados nunca se concretaron en acciones efectivas. Los anuncios de modernizar centrales de generación o reforzar la red de distribución quedaron en el aire. La falta de claridad y de un plan integral generó un clima de desconfianza que permanece hasta hoy: la ciudadanía desconoce si esa “solución” a la crisis llegó a aplicarse, o si simplemente se diluyó entre promesas políticas.
Para quienes vivieron esa época de apagones, las secuelas continúan. Algunos negocios nunca se recuperaron de las pérdidas, y muchas familias vieron dañados sus electrodomésticos sin recibir compensación alguna. “Anunciaron que todo mejoraría, pero nunca supimos cuándo dejarían de suspender la luz”, comenta un dirigente comunitario de la costa. Hoy, los mismos habitantes se preguntan: ¿realmente se superó la crisis, o simplemente quedó archivada sin resolverse? «Comparte tu historia sobre cómo los apagones han afectado a tu comunidad y acompáñanos en esta lucha por un Ecuador más fuerte.»
Y tú, ¿Qué piensas sobre el estado de la crisis energética?